Uno de los
principales problemas en la actualidad de la Educación Especial es que los
alumnos con Necesidades Educativas Especiales logren integrarse con éxito
dentro de las aulas escolares así como también dentro de la sociedad. Este
proceso se ha debatido durante mucho tiempo, ya que a pesar de existir
instituciones para atenderlos, la clasificación de niños con discapacidad y sin
discapacidad se ha presentado, siendo ésta poco útil y además, injusta.
Es así que
se debe dotar de la enseñanza y los recursos necesarios al alumno para su pleno
desarrollo, eliminando etiquetas mediante el apoyo generalizado, no sólo a
determinados alumnos, proporcionando a cada alumno programas educativos
estimulantes adecuados a sus necesidades y capacidades. Permitiendo en el
alumno integrarse en el ámbito de la escuela común, ocupando un espacio social,
estableciendo vínculos en la satisfacción de sus necesidades, creando espacios
de aprendizaje mutuos y preparándose eficazmente para la sociedad.
Son muchas
las condiciones que se deben conjuntar para alcanzar la meta de integrar a las
escuelas y aulas regulares a los alumnos con este tipo de necesidad educativa
especial. Se deben realizar muchos cambios comenzando por reconocer que
la inclusión educativa no constituye un acto caritativo, sino un esfuerzo por
generar las condiciones que permitan al niño aprender de acuerdo con sus
potencialidades.
El
artículo primero de la Declaración Mundial sobre Educación para Todos señala
que cada persona debe contar con posibilidades de educación para satisfacer sus
necesidades de aprendizaje. Es decir, que las escuelas deben de estar
preparadas para adecuar recursos y metodologías a las necesidades particulares
de cada alumno. Permitiendo al alumno expresarse y desarrollarse en la manera
que a él le sea posible. La idea es que todos los niños compartan los mismos espacios
educativos y el mismo tipo de educación; lo que puede y debe variar es el tipo
de apoyo que se les ofrezca.
Es
necesario, ofrecer todo el apoyo que requieran, lo cual implica hacer
adecuaciones curriculares para que sus necesidades específicas puedan ser
satisfechas. Algunos niños con autismo, con retraso leve o coeficiente
intelectual normal presentan grandes capacidades de memoria ya sea verbal,
auditiva, visual o musical; es por esto que presentan una buena memoria de
trabajo y aprendizaje.
Todo
proceso de integración escolar implica a personas, verdaderos agentes de
cambios requeridos y quienes, en último término, responden conjuntamente de sus
resultados. No se nos escapa que los agentes directos más importantes son los
propios alumnos y los grupos en los que dichos alumnos se incorporan. De su
capacidad de recepción, de descubrimiento mutuo y de relación se derivará en
buena medida el éxito de su integración.
Es
importante reconocer que, como seres humanos, todos somos diferentes y tenemos
necesidades individuales distintas a las demás personas de nuestra misma
comunidad, raza, religión e incluso de nuestra nueva familia. Con la inclusión
se pretende que el niño con necesidades educativas especiales tenga una vida lo
más normal posible, es necesario que asista a una escuela regular, que conviva
con compañeros sin necesidades educativas especiales y que trabaje con el
currículo común, claro está haciendo sus debidas adecuaciones.
Desde la
perspectiva de la inclusión, los fines educativos son los mismos para todos los
alumnos, no tiene sentido hablar de niños “especiales” y “normales”,
refiriéndonos a los primeros como de educación especial y a los segundos como
de aula regular. Si las necesidades educativas de los alumnos pueden
representar en un continuo, la educación especial debe entenderse como un
elemento más del conjunto de servicios con los que se busca dar una respuesta a
las necesidades educativas especiales.
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